Berenice fue la segunda gran borrasca de la temporada 2024-2025. Fue nombrada por la Agencia Estatal de Meteorología el 10 de octubre a las 9:30 UTC. El aviso indicaba acumulados importantes de precipitación, entre 120 y 150 mm en 12 horas, que podrían provocar inundaciones en zonas del suroeste de la península ibérica a partir de las 16 UTC del día 11. Al igual que su borrasca antecesora, Aitor, no se esperaba que pudiera provocar vientos cuyas rachas superasen los umbrales de aviso naranja para ninguna de las regiones del plan Meteoalerta.
Evolución de la borrasca
La borrasca Berenice comenzó a formarse durante la segunda mitad del día 11. Su formación se produjo cuando un núcleo secundario de bajas presiones en superficie, situado al oeste de otra borrasca, con centro al oeste peninsular (45º N, 15º W), se amplificó por la llegada en altura de una vaguada que se iba descolgando rápidamente en latitud, desde el noroeste hacia el sureste, hacia la posición del núcleo secundario. Así, la formación de Berenice correspondió al desarrollo de una borrasca típica extratropical que experimentó una rápida profundización durante la tarde/noche del día 11. La presión de su centro no cayó por debajo de los 992 hPa, por lo que tampoco dio lugar a la aparición de un intenso gradiente bárico a su alrededor. El rápido paso de la vaguada en altura, que se iba descolgando en latitud hacia la zona
del golfo de Cádiz, desplazó a la baja en superficie hacia está región. En este zona, la vaguada en altura y la baja en superficie coincidieron en fase, lo que provocó una importante advección de humedad, a todos los niveles de altitud, hacia todo el cuadrante suroccidental y región central de la Península. El rápido desplazamiento de la vaguada hacia el sureste durante la tarde del día 12 dejó de contribuir al desarrollo del sistema depresionario en superficie, por lo que Berenice entraba en fase de disipación, manteniendo su posición hacia el oeste/suroeste del golfo de Cádiz. Desde aquí, la baja en superficie continuaba favoreciendo un flujo húmedo del suroeste, ya menos intenso el día 13 y sin el aporte extra de humedad a los niveles medios que se había producido el día anterior por la acción del flujo delantero de la vaguada. Durante la
madrugada del día 14 el centro de la borrasca Berenice ya había prácticamente desaparecido y sobre esta región, horas después, llegarían los restos del huracán Leslie.
Avisos, observaciones e impactos
Fue durante los días 11 y 12 cuando los efectos de Berenice presentaron mayores impactos sobre nuestro territorio. El día 11 se emitieron avisos para muchas comarcas de Andalucía occidental, muchos de ellos por tormentas, pero principalmente por acumulados en 12 horas que superarían umbrales de nivel naranja en algunas comarcas de las provincias de Huelva, Cádiz, Sevilla y Córdoba. También se emitieron avisos de nivel amarillo por los mismos fenómenos para gran parte de las dos provincias de Extremadura. Al día siguiente se elevó el nivel de aviso naranja hasta el rojo por acumulados en 12 horas en algunas comarcas de las provincias de Sevilla y Córdoba, manteniéndose los avisos para el resto de regiones del cuadrante suroccidental, y ampliándose el número de regiones con avisos de nivel amarillo al resto de Extremadura y comarcas del sistema Central de las provincias de
Salamanca, Ávila y Madrid.
En relación a los registros de precipitación hay que destacar los casi 120 mm observados en Peraleda del Zaucejo (Badajoz), así como los más de 100 mm registrados en Guadalcanal (Sevilla) y Azuaga (Badajoz) el día 12. En cuanto a las rachas de viento no hubo valores a destacar en zonas bajas del suroeste y centro peninsular, dándose los valores más altos en zonas de altitud, sobre todo del norte peninsular y de la isla de Tenerife, asociadas principalmente a la circulación provocada por la vaguada en altura. Dentro de la mitad sur peninsular, la región más afectada por los efectos directos de Berenice, destacaron los valores observados en Sierra Nevada y Pradollano (Granada) los cuales fueron del orden de 100 km/h.