A un verano muy cálido siguió un otoño cálido y en su conjunto seco (aunque con carácter de la precipitación bastante variable según las distintas regiones). La fenología otoñal de la vegetación estuvo muy influenciada por la disponibilidad de agua edáfica y en general fue adelantada por el estrés hídrico. La vendimia fue adelantada así como el comienzo de los pasos y llegadas de aves migratorias invernantes norteñas sin embargo la berrea de los ciervos sucedió en fechas normales.