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30/09/2024 Las sequías son fenómenos con gran impacto económico y pueden ocasionar pérdidas materiales y humanas muy importantes.
En 2013, varias organizaciones de Naciones Unidas, decenas de países y numerosos técnicos y expertos celebraron una reunión de Alto Nivel para llamar la atención sobre la necesidad de desarrollar políticas nacionales coordinadas y acordadas entre los diferentes actores para gestionar las sequías. Como resultado, de dicha Conferencia de Alto Nivel, se crearon guías y ejemplos prácticos para ayudar a esa coordinación en base a tres pilares: monitorización y predicción de sequías, evaluación de impactos sectoriales y desarrollo de planes proactivos, es decir con énfasis en la prevención en vez de la reacción tras la catástrofe.
Las sequías son el fenómeno que tiene mayor impacto económico y puede ocasionar pérdidas económicas y humanas muy importantes. Llama poderosamente la atención la extensión global del fenómeno y que la sequía afecta a países pobres y ricos, con consecuencias muy desiguales eso sí. Es importante no confundir sequía con escasez de agua o con aridez. Indonesia, país muy húmedo, reportó sequía por el desarrollo del fenómeno del Niño que traslada las lluvias al otro lado del Pacífico.
Las sequías afectan a la mayor parte de los territorios, pero las peores consecuencias se las llevan los países pobres. Se calcula en unos 1,84 mil millones de personas estuvieron afectadas por las sequías con unos 86 millones afectados por condiciones de sequía severa o extrema. Las mujeres y los niños son particularmente vulnerables sobre todo en condiciones de conflictos sociales o guerras.
La sequía puede causar hambrunas y gran mortalidad en países en conflicto. En los años 70 y 80, hubo millones de muertos en el Sahel, la franja al sur del Sahara y en Etiopia y Somalia. Con el desarrollo de los esquemas de ayuda humanitaria y la colaboración de gobiernos estables, sequías posteriores solo ocasionaban miseria y desarraigo. Sin embargo, en los últimos años, los conflictos olvidados en esa región: Mali, Níger, Burkina Faso, Sudan, Sudan del Sur, Etiopia y Somalia, pueden ser mortíferos si la ayuda humanitaria no puede llegar hasta las comunidades rurales.
En España, 2023 fue un año complicado. Grandes zonas del país estuvieron afectadas por la sequía que era continuación de una situación heredada de 2022 y que afectó a gran parte de Europa en donde el Foro Económico Mundial consideró que fue la peor sequía en 500 años.
Las pérdidas económicas generadas por la sequía estimadas solo en 2023 fueron de unos cinco mil quinientos millones de euros. Utilizando información del sector de seguros agrarios, en 2023 se registró un record de siniestralidad de 793 millones, un 56% más que en 2022 debido al efecto combinado de la sequía y de numerosas granizadas.
La sequía también afecta al riesgo de incendios forestales y a la gestión de las olas de calor veraniegas. La producción de energía hidroeléctrica se vio afectada gravemente en 2022 en un momento internacional delicado por la guerra en Ucrania, recuperándose solo en parte en 2023 y no en todas las zonas.
En este contexto, se entiende la necesidad de perseverar en el desarrollo de herramientas que ayuden a la gestión y a la previsión de sequías. Por ello, tras la primera reunión de alto nivel sobre políticas nacionales contra la sequía celebrada en 2013, la Conferencia Resiliencia a la sequía +10 tiene por objeto ampliar y acelerar las medidas contra la sequía sobre el terreno. Para ello, reunirá en Ginebra (Suiza) durante tres días, entre el 30 de septiembre al 2 de octubre, a países, expertos y profesionales para examinar los avances y las lecciones aprendidas en materia de gestión de la sequía y explorar y definir un camino conjunto hacia un mundo más resiliente frente a este desastre.
La Conferencia contará con unos 350 participantes presenciales y también con un gran número de participantes remotos y se estructura en 9 sesiones técnicas en plenario sobre aspectos específicos de la gestión como mecanismos globales, gobernanza y desarrollos regionales, monitoreo, evaluación de impactos y pronóstico, ecosistemas, aspectos de inclusión social, esquemas financieros, alianzas entre sectores públicos, privados y sociedad civil y conexiones con temas de salud. Habrá también 25 eventos paralelos en las pausas de las sesiones plenarias y una sesión de posters con 90 participantes. El miércoles 2, la Conferencia culminará con un evento de Alto Nivel en la que se debatirá en dos mesas redondas los siguientes pasos y la llamada a los países para aumentar la resiliencia de las sociedades ante las sequías. También se conectarán los resultados de la conferencia con los eventos previstos en la COP 16 de la CNULD en diciembre próximo en Arabia Saudí.
España ha participado a lo largo de los últimos años en los diversos foros internacionales en donde se discuten y se proponen acciones para mejorar la gestión de sequías. Participó activamente en el HMNDP en 2013 y es miembro del Comité Organizador Internacional del DR10+, representado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
España es además uno de los países fundadores de la Alianza Internacional para la Resiliencia a las Sequías (IDRA, por sus siglas en inglés). Esta alianza está actualmente coliderada por los gobiernos de España y Senegal y cuenta con el apoyo de más de 40 países y de numerosas entidades internacionales. En el marco de la IDRA se están llevando a cabo un gran número de iniciativas. Se destaca la organización de la sesión de alto nivel de la Conferencia Drought Resilience +10, coorganizada por la IDRA y la Organización Meteorológica Mundial, así como el Observatorio Internacional para la Resiliencia a las Sequías (IDRO, por sus siglas en inglés), una iniciativa que se está empezando a desarrollar, que pretende reforzar el seguimiento de la resiliencia a las sequías a nivel global y que será presentada en un evento paralelo en la Conferencia Drought Resilience +10.
