Agencia Estatal de Meteorología

Al igual que en el año anterior, y como se puede ver en el gráfico siguiente, la distribución de las precipitaciones ha sido bastante desigual, de forma que mientras que en la mayor parte de las regiones del oeste y centro peninsular se superan ampliamente los valores medios, en extensas zonas del sur peninsular y de la vertiente mediterránea se produce un déficit de precipitaciones, que es más acusado en Cataluña y mitad oriental de Andalucía. 

Respecto a la distribución temporal de las precipitaciones a lo largo del año cabe destacar que se inició con un trimestre septiembre-noviembre que resultó muy húmedo en general, de forma que en el conjunto de estos 3 meses la precipitación media acumulada en el conjunto de España superó en un 50% su valor medio normal. En estos meses la Península Ibérica estuvo bajo el predominio de los vientos del oeste y suroeste lo que se reflejó en el hecho de que mientras que en las regiones de la vertiente atlántica las precipitaciones fueron abundantes y superaron ampliamente los valores normales, en las regiones cantábricas y mediterráneas, que quedaron a sotavento de estos vientos predominantes, las precipitaciones fueron más escasas y quedaron en general por debajo de lo normal.  Una circunstancia curiosa es que, por tercer año consecutivo, el mes de Octubre ha resultado ser el más lluvioso, no sólo del otoño sino también de todo el año hidrológico.

El mes de diciembre marcó un claro cambio de tendencia, de forma que a partir de la primera decena de este mes fueron gradualmente disminuyendo las precipitaciones y afirmándose el tiempo seco, lo que condujo a que el superávit de lluvias que se había ido acumulando en los meses otoñales se fuera reduciendo gradualmente al ir avanzando el invierno hasta prácticamente quedar compensado a finales de enero. En diciembre las precipitaciones sólo representaron un poco mas de la mitad de su valor medio, resultando húmedo tan sólo en el norte peninsular y Baleares y seco a muy seco en el resto. Enero fue aún más seco que diciembre, especialmente en el nordeste peninsular donde apenas se registraron precipitaciones en todo el mes. El volumen de precipitaciones de enero no llego más allá del 45% de su valor normal y tan sólo se superaron los valores medios en el extremo sureste peninsular y sobre todo en el archipiélago canario que fue afectado por un importante temporal de lluvias en los últimos días del mes.

En el conjunto de los meses de febrero y marzo de 2007 las precipitaciones se mantuvieron en conjunto en torno a sus valores normales, si bien con apreciables desigualdades regionales, de forma que en febrero las precipitaciones superaron sus valores medios en la mayor parte de España, sobre todo en el interior de la mitad norte peninsular, pero en cambio el mes fue seco a muy seco en Cataluña y en la mayor parte del cuadrante sureste peninsular. En el mes de marzo las precipitaciones acumuladas quedaron muy por debajo de lo normal  en la mitad suroeste peninsular y Cataluña, en tanto que fue húmedo en las restantes regiones, sobre todo en áreas del alto Ebro, Sistema Ibérico y áreas de ambos  archipiélagos, zonas en las que las precipitaciones acumuladas superaron el doble del valor normal para este mes.

La primavera fue en general lluviosa a diferencia de lo que había resultado el invierno, en el mes de abril las precipitaciones superaron en casi un 50% sus valores medios, resultando especialmente copiosas las que se produjeron en el tercio oriental y en el centro  peninsular. En cambio el mes fue seco a muy seco en Galicia, País Vasco y suroeste de Andalucía. El mes de mayo mantuvo el carácter húmedo de abril, si bien no de forma tan marcada; las precipitaciones superaron sus valores medios en todas las regiones con excepción de las mediterráneas, Baleares, el norte de Galicia y el extremo oriental de Asturias donde el mes resultó seco en general.

En el trimestre veraniego junio-agosto de 2007 las precipitaciones medias a nivel nacional se mantuvieron próximas a sus valores normales, si bien como es habitual en verano las lluvias se repartieron de forma muy desigual, de modo que mientras el trimestre fue en general relativamente húmedo en Galicia, regiones Cantábricas,  Extremadura, oeste de Andalucía y Castilla la Mancha y algunas áreas de Castilla y León y ambos archipiélagos, en las regiones de la mitad sur-oriental peninsular las precipitaciones acumuladas quedaron por debajo de sus valores normales, habiendo sido el verano especialmente seco en la mitad oriental de Andalucía. El mes mas seco del verano fue julio, con apenas 10 mm. de precipitación media, en tanto que agosto fue mas húmedo de lo normal (precipitación media de 27 mm.) y junio con 36 mm. prácticamente se situó en su valor normal.

Si se analiza con más detalle la distribución geográfica de las precipitaciones acumuladas en el conjunto del año hidrometeorológico, se observa que éstas se sitúan por encima de sus valores normales en buena parte de la España peninsular y de ambos archipiélagos. Especialmente húmedo ha sido este año, con valores de precipitación que superan en más de un 25% los normales, en parte del archipiélago canario y en un área del centro peninsular que abarca el sur de Castilla y León, la mayor parte de la Comunidad de Madrid, el noroeste de Castilla- la Mancha y el norte de Extremadura. Por el contrario, en Cataluña, la mayor parte de Andalucía, este de Aragón, sureste de castilla la Mancha y algunas áreas de Valencia, Murcia y regiones cantábricas, las cantidades acumuladas no llegan a los valores normales, siendo inferiores al 75% de los mismos en el litoral de Cataluña y buena parte de la mitad oriental de Andalucía.

Como consecuencia de este comportamiento pluviométrico, los suelos se mantuvieron en general más húmedos de lo habitual en el centro y en la mitad occidental de la península, especialmente durante el otoño y los meses de abril y mayo, en tanto que a partir de principios de junio y a lo largo del verano se fueron desecando  de forma gradual, observándose a finales de agosto niveles de humedad significativos tan sólo en una estrecha franja sobre el litoral cantábrico, mitad norte de Galicia y Pirineos.