01/04/2002 El proyecto LIMNOPOLAR que lleva a cabo el INM en la isla Livingston de la Antártida tiene como objetivo estudiar los ecosistemas de agua dulce (ríos, lagos, lagunas), desde un punto de vista multidisciplinar, para mostrar el funcionamiento de los ecosistemas acuáticos en esta zona, considerada como la más importante de toda la Antártida marítima. En el proyecto también participa personal de la Universidad Autónoma de Madrid, Universidad de Valencia, CEDEX y Université Laval (Canadá).
Por otro lado, integrando los resultados en un programa internacional, llamado RiSCC (Regional Sensitivity to Climate Change) se estudiará la variación latitudinal de estos ecosistemas no marinos y cómo responden ante un eventual cambio climático global.
La zona elegida para el estudio ha sido la península Byers, situada la isla Livingston, que está declarada de especial interés científico y muy pocos grupos habían realizado trabajos de campo allí. Se eligieron 15 lagos y lagunas y 4 ríos para un estudio detallado. Se ha instalado una estación meteorológica automática que ha de permanecer recogiendo datos ininterrumpidamente hasta febrero de 2004.
La campaña de campo ha durado desde principios de diciembre hasta el 13 de febrero, fecha en que se evacuó el campamento hasta el verano próximo. Las condiciones meteorológicas han sido especialmente duras en algunos momentos debido a los fuertes vientos de la zona que superaron los 100 km/h y provocaron daños importantes en las tiendas. No obstante, la temperatura se mostró bastante benigna durante todo el verano, con un valor medio de 1°C y oscilaciones entre los -2°C y 4°C y precipitaciones abundantes durante todo el periodo.
Es de destacar que, en este tipo de campañas, el verdadero trabajo científico es una pequeña parte del esfuerzo, siendo la logística del campamento, con acarreo de material a la zona de vida y de trabajo, traslados a las zonas de muestreo y dificultades en la vida diaria debido a las duras condiciones del medio, exigen un máximo respeto al medio ambiente y no dejar ni un solo residuo orgánico o inorgánico, lo que lleva mayor esfuerzo y tiempo de los expedicionarios.