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El índice ultravioleta, en las predicciones del INM

01/01/2001  Después de un año de pruebas, el Instituto ha puesto en el mercado un nuevo producto de cara al verano: el índice de radiación ultravioleta (UVI). Las mediciones de este índice ya aparecen en la página "web" del INM y se va a publicar un manual con objeto de que sirva de herramienta básica para profesionales de los sectores de la salud (dermatólogos, oftalmólogos, farmacéuticos) y de la enseñanza (educadores y profesores), entre otros.

También se pretende difundir al público en general, de una manera sencilla y clara, información sobre esta radiación, sus efectos y la manera de protegerse de ella.

El contenido de la publicación ha sido elaborado en colaboración con colegios oficiales de farmacéuticos y unidades dermatológica de facultades de medicina. Posee un alto grado de rigor científico, junto a la sencillez de su expresión.

La radiación UV

La radiación solar es un factor natural de gran importancia debido a que modula el clima terrestre y tiene una influencia significativa en el medio. La región ultravioleta (UV) del espectro solar juega un papel determinante en diversos procesos en la biosfera. Tiene varios efectos beneficiosos, pero también puede ser muy dañina si se exceden los límites de "seguridad". Si la cantidad de radiación UV es suficientemente alta, la capacidad de autoprotección de algunas especies, vegetales y animales, se ve superada y pueden resultar dañadas. Este hecho también afecta a los seres humanos, en particular a la piel y a los ojos. Para evitar daños derivados de exposiciones prolongadas a la radiación UV se debería evitar la exposición directa al sol utilizando medidas de protección.

La variabilidad diurna y anual de la radiación solar UV está gobernada por parámetros astronómicos, geográficos y por las condiciones atmosféricas. Las actividades humanas afectan a la atmósfera, como la contaminación del aire y la destrucción de la capa de ozono, condicionando también indirectamente la radiación UV que llega a la superficie terrestre. La radiación solar UV es un parámetro medioambiental altamente variable en tiempo y espacio.

La necesidad de llegar al público con información fácilmente comprensible sobre la radiación UV y sus posibles efectos negativos ha llevado a los científicos a definir un parámetro que pueda ser usado como indicativo de las exposiciones UV. Este parámetro es el denominado Índice Ultravioleta o Índice UV (UVI). Está relacionado con los efectos eritematógenos de la radiación solar ultravioleta sobre la piel humana y ha sido definido y estandarizado bajo el amparo de varias instituciones internacionales como OMM, OMS, PNUMA y ICNIRP.

Condicionantes

Los factores más importantes que afectan a la radiación ultravioleta que llega a la superficie terrestre son el ozono atmosférico, la elevación solar, las nubes, el polvo atmosférico y la reflexión.

La radiación solar UV es absorbida y dispersada en la atmósfera. Dentro de ella, la radiación UV-C es absorbida totalmente en la parte alta de la atmósfera por el oxígeno y por moléculas de ozono. La mayor parte de la radiación UV-B la absorbe el ozono en la estratosfera. Por lo tanto, a la superficie terrestre llega radiación UV, compuesta en su mayoría por radiación UV-A, y sólo una pequeña parte de UV-B (la radiación UV-B es biológicamente dañina). Al ser el ozono el principal absorbente de la radiación UV-B, la intensidad de la misma en la superficie terrestre depende directamente de la cantidad de ozono presente en la atmósfera.

Elevación solar

La elevación solar es el ángulo entre el horizonte y la dirección del sol. Para elevaciones solares altas la radiación UV es más intensa debido a que los rayos solares atraviesan un camino más corto a través de la atmósfera, pasando por una menor cantidad de absorbentes. La radiación solar, al depender de la elevación del sol, varía con la latitud, la estación y la hora, siendo mayor en los trópicos, en verano y al mediodía.

La radiación UV aumenta con la altitud debido a que la cantidad de absorbentes en la atmósfera decrece con la altura. Las medidas demuestran que la radiación UV aumenta entre un 6% y un 8% por cada 1.000 metros de elevación.

Dispersión

En la superficie terrestre la radiación solar está formada por una componente directa y una componente difusa. La radiación solar es dispersada por moléculas de aire y partículas, como aerosoles y gotas de agua. La componente directa de la radiación está formada por los rayos solares que pasan directamente por la atmósfera sin ser dispersados ni absorbidos.

La componente difusa de la radiación consiste en rayos solares que han sido dispersados al menos una vez antes de llegar a la superficie. La dispersión depende directamente de la longitud de onda. El cielo se ve azul debido a que la radiación de ese color es mayor porque se dispersa más que los otros colores. La radiación UV-B está compuesta por una mezcla al 50% de radiación directa y difusa.

Las nubes

La radiación UV es mayor, en general, para cielos totalmente despejados. Las nubes normalmente reducen la cantidad de radiación UV, pero la atenuación depende del grosor y tipo de éstas. Las nubes finas o dispersas afectan muy poco a la radiación UV. En ciertas condiciones, y por períodos cortos de tiempo, una pequeña cantidad de nubes puede incluso hacer aumentar la cantidad de radiación UV. Esto sucede en condiciones de cielos parcialmente cubiertos y con el sol visible. Cuando hay polvo en suspensión, la radiación es dispersada y da lugar a una disminución de la misma.

Absorción y reflexión

Parte de la radiación que llega a la superficie terrestre es absorbida y parte es reflejada. El porcentaje de radiación reflejada depende de las propiedades de la superficie. Elementos como la hierba, el agua y otros, reflejan menos de un 10%. Sin embargo, algunos elementos, como la nieve fresca, pueden reflejar el 80% de la radiación incidente. Durante la primavera y en condiciones de cielo despejado, la reflexión por nieve puede elevar los valores de radiación hasta niveles de verano. Aproximadamente un 95% de la radiación UV penetra en el agua y hasta un 50% llega a una profundidad de 3 metros.

Predicción

El UVI está siendo incluido actualmente en numerosos partes meteorológicos. En Europa hay más de una docena de centros de predicción que calculan valores estimados del UVI para diferentes países o regiones. Para coordinar estas actividades y mejorar el soporte científico se ha establecido un proyecto de investigación internacional bajo el programa "Cooperation in Science and Technology" (COST), de la Unión Europea. El proyecto, titulado acción COST-713 (Predicción UV-B), se inició en 1996. Los países participantes fueron Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Grecia, Italia, Polonia, Portugal, República Checa y Suiza.

La respuesta biológica

Para los ciudadanos, tiene especial relevancia la respuesta biológica a los rayos UV, es decir, de qué forma afectan estas radiaciones a los seres vivos.

La dosis UV efectiva para un período particular de exposición se calcula sumando la irradiancia efectiva para todo el período de exposición. El espectro de acción más importante para el uso cotidiano es el eritematógeno (enrojecimiento de la piel), la absorción por parte del ADN y el cáncer de piel (no melanoma).

Inicialmente el índice UVI está recomendado como un medio para concienciar a la población sobre los efectos negativos que tiene la radiación solar UV en la salud y para alertar al público sobre la necesidad de adoptar medidas protectoras.

Piel y ojos

La piel y los ojos son los órganos más sensibles a la exposición a los rayos ultravioleta del sol. Aunque el pelo y las uñas también reciben mucha radiación, son menos importantes desde un punto de vista médico.

La exposición a la radiación solar UV puede dar lugar a efectos crónicos en la salud de la piel, ojos y sistema inmunológico. Los efectos agudos de la exposición UV incluyen desde quemaduras hasta fotoqueratitis. Los efectos crónicos incluyen el envejecimiento prematuro de la piel (eliodermatosis), el cáncer de piel y, en el caso de los ojos, las cataratas.

La radiación UV-A tiene un efecto pronunciado en la capa subcutánea y puede alterar la estructura de las fibras de colágeno y elastina, acelerando el envejecimiento de la piel, mientras la radiación UV-B produce principalmente varios tipos de cáncer de piel y eritema. Es importante remarcar que, así como la piel tiene la capacidad de adaptarse a la radiación UV produciendo melanina (bronceándose), los ojos no tienen esta propiedad.

Ropa protectora

La mejor protección contra el sol es la ropa. Las vestiduras transparentes a la radiación UV tendrían que advertirlo claramente. Las partes de nuestro cuerpo que no quedan cubiertas por la ropa deberían cuidarse con un protector solar que contenga filtros UV-A y UV-B. Durante las primeras exposiciones se recomienda un protector con un SPF (factor de protección solar) de 15 y, como mínimo, de 20 para niños. Especial prevención necesitan los bebés.

Cremas solares

El efecto protector de las cremas solares no sólo depende de la calidad de las mismas sino de su correcta aplicación. Para el cuerpo de un adulto la cantidad adecuada de protector solar está entre 30 y 40 gramos para conseguir el efecto especificado por el SPF. El protector solar debe ser aplicado unos 45 minutos antes de tomar el sol y reaplicado después de cada baño. Si los protectores solares se aplican apropiadamente son capaces de prevenir quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel y cáncer.

El SPF que aparece en los protectores solares indica cuanto tiempo podemos estar al sol sin quemarnos, en comparación con nuestro tiempo normal de exposición. Es decir, si normalmente podemos estar al sol 30 minutos sin quemarnos y usamos un protector solar con SPF 8, podremos estar 8 veces más al sol sin quemarnos, o sea, 4 horas.

Cataratas

La radiación UV puede producir cataratas. Esta enfermedad ocular consiste básicamente en que el cristalino se vuelve opaco como consecuencia de la agresión permanente de la radiación solar, sobre todo la procedente de la región UV. El cristalino es la lente que permite la formación de la imagen sobre la retina.

Las cataratas son la primera causa de ceguera en el mundo y para corregirlas es necesario recurrir a la cirugía. Para prevenir esta enfermedad lo más eficaz es llevar gafas de sol que filtren la radiación UV-A y UV-B, y a ser posible con protectores laterales, de forma que eviten la radiación reflejada en el suelo, en las paredes y en algunas partes del cuerpo, como la cara y el cuello.

Gafas con filtro

No hay que dejarse engañar por el color de las lentes. Algunas lentes blancas filtran el 100% de la radiación UV mientras que otras muy oscuras, denominadas "solares", no protegen absolutamente nada. Las gafas deben indicar el grado de protección de las lentes, según normas UE. Este indicativo varía de 0 a 4 según la siguiente clasificación: 0 (confort-estética), 1 (luminosidad solar atenuada), 2 (luminosidad solar media), 3 (fuerte luminosidad solar) y 4 (luminosidad solar excepcional, pero no apto para conducir).

El índice ultravioleta, en las predicciones del INM
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