Agencia Estatal de Meteorología

Durante los últimos años, las predicciones de calidad de aire han sido un intento de dar respuesta a la inquietudes de la población acerca de cómo influye la contaminación atmosférica en la salud y han sido los servicios meteorológicos nacionales, entre otras instituciones, los encargados de suministrar esta información utilizando para ello los modelos de transporte químico (CTM, según sus siglas en inglés).

Estos modelos necesitan conocer las condiciones atmosféricas, por un lado, y por otro, la estimación de las emisiones a la atmósfera de diferentes especies químicas reflejadas en un inventario de emisiones, declaradas a la Unión Europea por cada país miembro, tanto de fuentes puntuales (una fábrica, una refinería, etc.) como difusas (transporte, emisiones naturales de bosques, etc.). Estos datos, procedentes de los elementos del inventario, se tratan mediante algoritmos teniendo en cuenta parámetros como los usos de suelo, la población o el consumo de combustible para confeccionar una rejilla regular que se utiliza en los modelos de transporte químico.

La elevada incertidumbre en las emisiones, junto al incompleto conocimiento de los procesos físico-químicos que tienen lugar en la atmósfera, da como resultado que las predicciones químicas sean mucho más imprecisas que una predicción meteorológica.

Este nuevo inventario supone un avance considerable, puesto que en la primera década de este siglo, las emisiones de contaminantes han descendido muchísimo en España y los modelos de transporte químico han estado alimentando con datos de emisión de especies químicas que superaban en mucho los valores reales, con lo que la predicción de dichas emisiones también era más alta que la emisión real. Ahora se utilizan valores más próximos a la realidad, por lo que las predicciones de los modelos de transporte químico son más cercanas a las observaciones.

Otra ventaja adicional de este inventario es que dispone de datos de alta resolución sobre el mar, por lo que se ha aumentado la precisión de las predicciones de emisión de contaminantes en zonas costeras. Asimismo, se ha incluido una nueva especie química prevista: el monóxido de nitrógeno (NO).