Agencia Estatal de Meteorología

Evolución de la borrasca

Irene se formó cuando la borrasca Hipolito estaba en fase de disipación por lo que durante algunas horas coexistieron ambas borrascas. Su formación fue muy similar a su predecesora, de nuevo, la presencia de un chorro en altura de componente sur, localizado corriente abajo de una amplia vaguada, sirvió como motor para la generación y profundización de un centro de bajas presiones en superficie dando lugar al desarrollo de la borrasca. Su formación se produjo el 15 de enero a las 12 UTC en aguas atlánticas, alrededor de las coordenadas 35º N y 25º W. Desde allí la borrasca se desplazó hacia el noroeste y continuó profundizándose, hasta localizarse al oeste de Finisterre (Francia) 48 horas después de su formación. En su trayecto por el mar Cantábrico la borrasca alcanzó su máxima profundidad presentando un mínimo barométrico de 984 hPa que provocaba un intenso gradiente bárico sobre toda la Península. Su centro entró por Francia y siguió una trayectoria hacia el oeste a la vez que iba perdiendo intensidad, manteniéndose el día 18 un importante gradiente de presión con circulación del NNW sobre nuestro país. El día 19 la borrasca se encontraba muy lejos de la Península, sin influencia apenas sobre nuestro país y en la fase final de su ciclo de vida. 

Avisos emitidos, observaciones e impactos

El período más complicado en cuanto a los efectos de la borrasca sobre nuestro país transcurrió entre la tarde-noche del día 16 y la primera mitad del día 18. Durante estos días se emitieron avisos, la mayoría de nivel amarillo, principalmente por viento, pero también por precipitaciones en las provincias más occidentales, desde Cádiz hasta Ourense. No obstante, el viento fue el fenómeno adverso más generalizado, emitiéndose avisos de nivel naranja en comarcas altas de Burgos y de La Rioja, así como fenómenos costeros para todo el litoral de Galicia el día 17 y, para el litotal gerundés el día 18. Los valores de racha observados fueron espectaculares en zonas de cumbre, llegándose el día 17 hasta los 180 km/h en Valdezcaray (La Rioja) y a los 144 km/h en la estación de Sierra Nevada (Radiotelescopio). También, en zonas de costa de Galicia, las rachas de viento superaron los 100 km/h provocando algunas voladuras de tejados. Las acumulaciones de lluvia también destacaron en zonas de montaña de Pirineos y del sistema Central, así como en algunas comarcas de Galicia, observándose acumulados por encima de los 100 mm en 24 horas el día 17 y que provocaron la crecida de algunos de los ríos del Pirineo central.