Nire Weba
Aplikazio ofiziala 'El tiempo de AEMET'(Android eta IOS)
Kontaktatu
Web Mapa
Jarraitu guri Facebooken
Jarraitu guri Twitteren
AEMET blog.es
Jarraitu guri YouTuben
RSS

Día Meteorológico Mundial 2001

El Día Meteorológico Mundial se estableció para conmemorar la entrada en vigor del Convenio de la Organización Meteorológica Mundial, que se produjo el 23 de marzo de 1950. Todos los años la OMM celebra esta jornada centrándola en un asunto de interés para la humanidad.

El tema del Día Meteorológico Mundial de 2001, "Voluntarios para el tiempo, el clima y el agua", se eligió a modo de reconocimiento de que tanto personas, gobiernos, instituciones académicas y sociedad civil como grupos religiosos y escuelas contribuyen voluntariamente al adelanto de las ciencias de la meteorología y de la hidrología y a las actividades operativas de la OMM y de los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN). El tema también coincide con la celebración del Año Internacional de los Voluntarios 2001, establecida por las Naciones Unidas. Para expresar su gratitud por la labor de los voluntarios, la comunidad internacional ha querido manifestar un amplio reconocimiento y otorgar mayor importancia a las contribuciones vitales del voluntariado en el desarrollo socioeconómico de las naciones y, asimismo, alentar el aprecio y la formación de redes, además de promover el servicio voluntario en todo el mundo. Por lo tanto, a principios del nuevo milenio y tras la celebración del 50.º aniversario de la OMM en el año 2000, corresponde que, sumándose a la comunidad mundial, laOMM rinda un homenaje a los voluntarios que tan significativas contribuciones han hecho a la meteorología, a la hidrología y a las ciencias geofísicas conexas.

La historia de la meteorología jamás estaría completa sin una referencia a los observadores voluntarios y cooperantes. Desde el nacimiento mismo de sus respectivas disciplinas, los meteorólogos y los hidrólogos de todo el mundo han contado con el apoyo, sobre todo en su labor operativa, de las redes de voluntarios, cuyas labores abarcan desde tareas como la observación de las precipitaciones hasta la de hacerse cargo totalmente de estaciones sinópticas, climatológicas o agrometeorológicas o la de promover las ciencias. En la mayoría de los países, las contribuciones de estos voluntarios se integran en las actividades de los SMHN. Tales contribuciones se ejercen en sectores afectados por las condiciones meteorológicas, como la agricultura, la gestión de los recursos hídricos, la aviación y la navegación.

Todos los voluntarios, más allá de sus actividades y de su formación profesional, están unidos en su común interés por los fenómenos meteorológicos e hidrológicos. La perseverancia y el compromiso son las dos características personales más habituales de un voluntario. Es corriente encontrarse con voluntarios con más de 50 años de servicio, o con personas que integran una segunda o tercera generación de voluntarios.

Algunos SMHN cuentan con unidades especializadas para tratar con los voluntarios en general. De acuerdo con una larga tradición entre los aficionados a la ciencia, algunos voluntarios entusiastas apenas se diferencian de los meteorólogos profesionales, pues también usan instrumentos y equipos meteorológicos complejos en sus estaciones meteorológicas, publican resúmenes anuales y estudios de climatología descriptiva, y participan en las actividades de las asociaciones meteorológicas. 

Con el fin de brindar un reconocimiento a la gran dedicación y a las contribuciones de los voluntarios, muchos SMHN otorgan certificados y premios a personas e instituciones.

En la actualidad los SMHN usan equipos y modelos de alta precisión e instalaciones de avanzada tecnología para la preparación de predicciones del tiempo, previsiones meteorológicas y productos conexos.

No obstante, continúan siendo necesarias las observaciones terrestres, aéreas y marítimas de los voluntarios, porque con ellas se obtienen aportes esenciales, en especial de zonas de las que escasean datos, a menudo lejanas e inaccesibles para quienes desarrollan labores meteorológicas e hidrológicas operativas y científicas.

En este sentido, por conducto de los SMHN, los gobiernos realizan importantes contribuciones voluntarias a la tarea de la OMM. Un rasgo peculiar de la Organización consiste en que los SMHN de cada uno de sus 185 Miembros contribuyen voluntariamente a la labor científica y operativa de la Organización compartiendo observaciones, apoyando la normalización, intercambiando datos y poniendo sus conocimientos especializados al servicio de las asociaciones regionales y de las comisiones técnicas. Esto se explica porque, dado que el tiempo y el clima no conocen fronteras nacionales, la cooperación internacional se considera en todo el mundo un elemento indispensable para el desarrollo de la meteorología y de la hidrología, así como para recoger los beneficios de sus aplicaciones. Con el fin de demostrar que se reconoce la dependencia mutua de todos los países en cuanto a actividades meteorológicas e hidrológicas, los países Miembros de la OMM adoptaron la Resolución 40 en el Duodécimo Congreso Meteorológico Mundial, reunido en 1995. Esta resolución constituye un marco único para el intercambio gratuito, sin restricciones y habitual de datos y productos meteorológicos entre los distintos países, por medio de la Vigilancia Meteorológica Mundial, sistema que abarca una red de centros nacionales, regionales y mundiales mantenidos voluntariamente por los países Miembros de la OMM. Otros programas similares son el Sistema Mundial de Observación del Ciclo Hidrológico y la Vigilancia de la Atmósfera Global, que proporcionan datos y productos meteorológicos, hidrológicos y ambientales a todos los SMHN, sin más diferencias que las derivadas de sus respectivas capacidades de comunicación con el sistema. Los datos y productos también permiten que todos los países cumplan las obligaciones en el  marco de convenios internacionales, como los relacionados con el cambio climático y la desertización. De manera similar, la Resolución 25 del Decimotercer Congreso Meteorológico Mundial, celebrado en 1999, se ocupa del intercambio de datos y productos hidrológicos entre los países Miembros.

Otras fuentes primordiales de datos ordinarios para fines operativos y de investigación, establecidas voluntariamente y para mutuo beneficio por los SMHN, son los satélites, aviones y barcos de líneas comerciales.

Desde los primeros tiempos de la navegación aérea comercial, las observaciones realizadas desde los aviones resultaron ser de enorme valor para elaborar predicciones del tiempo precisas y para garantizar la seguridad durante los vuelos.

Paralelamente, en los océanos, los tripulantes de barcos, con frecuencia a pesar de las situaciones difíciles o de peligro con que se enfrentan, recurren a sus conocimientos para hacer observaciones y transmitir los resultados a los centros correspondientes. Sin duda, esos datos constituyen una contribución vital a la predicción del tiempo y a la seguridad y eficiencia marítimas. También tienen gran valor como datos históricos, necesarios para la planificación y el diseño, y representan una ayuda sustancial para nuestro conocimiento de la interacción atmósfera-océano y del cambio climático. Son, asimismo, esenciales para el desarrollo de las predicciones a largo plazo y estacionales a interanuales, y tienen particular importancia para prever fenómenos como El Niño. A principios de este año, más de 6 700 naves de 52 países participaban en el Programa de Buques de Observación Voluntaria de la OMM (VOS), para el cual los Servicios Meteorológicos Nacionales reclutan embarcaciones que deben registrar y transmitir en tiempo real observaciones meteorológicas y oceanográficas, en las que se incluyen la presión atmosférica, la temperatura del aire, la temperatura de la superficie del mar, el viento y el estado del mar.

Los datos o "lecturas" obtenidos por estas redes de observadores voluntarios y cooperantes de diversas instituciones, públicas o privadas, se suman al esfuerzo de los SMHN para apoyar el desarrollo sostenible.

Los datos, sobre todo si integran una serie continuada, también representan una contribución valiosa a los estudios del clima, especialmente en el ámbito local y en lo relativo a los océanos, así como para nuestra comprensión de la influencia de la acción del hombre sobre el clima y de los procesos naturales que afectan a la atmósfera, la tierra y los océanos.

En muchos países los voluntarios también contribuyen a asegurar una preparación más eficaz para enfrentar condiciones climáticas violentas, como los ciclones, tornados y ventiscas, tanto en el espacio local como en el nacional. En ocasiones, la exactitud de una previsión de tiempo violento se produce gracias a la disponibilidad de observaciones terrestres esenciales
aportadas por voluntarios. Un ejemplo de esto son los observadores de tormentas voluntarios, que cumplen un servicio de gran valor cuando suministran información directa y actualizada, con la que se complementan los datos provenientes de radares y satélites.

A menudo esta información llega a los meteorólogos por vía de una red de radioaficionados. El esfuerzo concertado y la solidaridad que tan a menudo se manifiestan durante las etapas de tiempo violento o de desastres naturales se ve reforzado, en muchos sentidos, por el hecho de que algunas labores esenciales, desde las de los radioaficionados hasta las de los bomberos, también están a cargo de voluntarios.

En algunos países de América Central, cuando aumenta la posibilidad de peligro, se pide a observadores voluntarios que midan las precipitaciones e informen de los resultados a intervalos de una hora a un centro de previsión. En el momento en que el total de la precipitación supera un límite crítico, se miden los niveles de los ríos y de sus afluentes. Gracias a la medición sistemática, una elevación del nivel del río ayuda a confirmar cuál es el ámbito geográfico afectado y a cuánto asciende la precipitación. Cuando las aguas de un río superan su nivel crítico, el centro de previsión lo hace saber a los comités de emergencia locales, que emiten una alerta pública y ponen en marcha un plan de emergencia. Estos sistemas de alerta inmediata tienen la ventaja de ser de fácil ejecución y efectivos para despertar la conciencia de las comunidades rurales ante el riesgo de desastres naturales.

El papel que desempeña la OMM en la coordinación de la colaboración voluntaria mundial de los países Miembros es único y, precisamente, ha dado algunos de los mejores ejemplos de cooperación internacional.

Al respecto, su papel de vanguardia en la coordinación mundial de experimentos geofísicos, incluidos los meteorológicos, ha resultado una gran contribución a notables adelantos en esferas como la predicción meteorológica, la ciencia del clima y la vigilancia de la capa de ozono. Los experimentos incluyen el Año Geofísico Internacional (1957/1958), el Experimento Tropical del Programa de Investigación Global de la Atmósfera en el Atlántico (GATE, 1974), el Experimento Meteorológico Mundial (1978/1979), el Experimento Alpino (1982), y el Experimento sobre las Reacciones del Acoplamiento Océano-Atmósfera (1992-1993) en el marco del proyecto del Programa de Estudio de los Océanos Tropicales y de la Atmósfera del Globo (TOGA, 1985-1994).

Además, se han establecido varios otros mecanismos que contribuyen a asegurar importantes contribuciones voluntarias para el adelanto de las ciencias de la meteorología y la hidrología y de sus aplicaciones al desarrollo socioeconómico y al desarrollo de los SMHN. Por otra parte, la forma en que el Grupo OMM/PNUMA Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) lleva a cabo sus tareas destaca el espíritu de colaboración y cooperación internacional voluntaria. Este grupo fue establecido en forma conjunta por la OMM y el PNUMA en 1988, y en la actualidad más de 3 000 científicos y otros expertos de todas partes del mundo aportan voluntariamente sus conocimientos para la investigación, elaboración de proyectos de texto, análisis y versión definitiva de informes del IPCC sobre diversos aspectos del cambio climático. Estos científicos y expertos se ocupan de un amplio número de disciplinas como climatología, abastecimiento hídrico, agricultura, oceanografía, silvicultura, desarrollo sostenible, equidad, y métodos de determinación de costos. En el curso de los últimos
años, el nivel de participación de los científicos y otros expertos provenientes de países en desarrollo y de países con economías de transición ha aumentado de manera continuada, y así se ha fortalecido el compromiso con los hallazgos obtenidos por el IPCC.

Otra iniciativa de gran importancia, exclusiva de la OMM y que contribuye a la cooperación mundial entre los SMHN dentro de la comunidad de la Organización, es el Programa de Cooperación Voluntaria de la OMM (PCV). Los Miembros se han comprometido a prestarse mutuamente asistencia voluntaria para alentar las capacidades de ejecución de los programas científicos y técnicos de la OMM. A fin de asegurar que todos los SMHN estén en condiciones de participar plenamente en los programas de la OMM para beneficio de todos los países, el PCV coordina la difusión de un importante aporte de tecnología y de conocimientos prácticos proveniente de países cuyos SMHN son más desarrollados.

En el marco de las organizaciones no gubernamentales, las sociedades nacionales y regionales meteorológicas e hidrológicas también realizan considerables contribuciones voluntarias al adelanto de la meteorología y de la hidrología en todo el mundo.

Aunque muchas de las sociedades sólo cuentan con un número escaso de personas que las ayuden, todas se benefician de la participación de científicos motivados, altruistas y experimentados que se ocupan de tareas relacionadas con la ciencia de la meteorología y de la hidrología y con sus aplicaciones al desarrollo socioeconómico. Invariablemente, tales actividades implican, entre otras cosas, el progreso y la difusión del conocimiento de la meteorología, de la hidrología y de las ciencias afines, y la promoción y el avance de las ciencias entre el público, los investigadores académicos y los medios de comunicación.

Dentro del sistema de las Naciones Unidas, la OMM también colabora con el Programa de Voluntarios de las Naciones Unidas. Con regularidad, en todo el mundo y a lo largo de muchos años, se han asignado a los proyectos de la OMM voluntarios de las Naciones Unidas con capacidades profesionales clave. Los especialistas voluntarios de las Naciones Unidas, desde su amplia variedad de disciplinas, han contribuido a los proyectos ejecutados por la OMM en los países en desarrollo.

En distintas ocasiones durante el curso del último decenio, han ofrecido sus servicios como voluntarios hidrólogos, hidrogeólogos, oceanógrafos, ecólogos especializados en recursos hídricos, meteorólogos, agrometeorólogos, predictores aeronáuticos, expertos en telecomunicaciones y técnicos en energía de países de África, Asia y el sur del Pacífico.

Abrigo la esperanza de que, a medida que transcurra este nuevo milenio, aumente el número de los voluntarios para el tiempo, el clima y el agua, y se fortalezca su colaboración con los SMHN y la OMM para contribuir a la protección de la vida y de la propiedad en casos de desastre natural, a la salvaguardia del medio ambiente y al incremento del bienestar económico
y social de todos los sectores de la sociedad. El tema, asimismo, da a los gobiernos, a la sociedad civil, al sector privado, al público en general y a los medios de comunicación la oportunidad de apreciar las importantes contribuciones que los voluntarios hacen a la sociedad en general y a las ciencias como la meteorología y la hidrología en particular. La OMM continuará propiciando esta colaboración y alentando a las personas e instituciones correspondientes a desarrollar esa labor voluntaria en beneficio de las futuras generaciones.

Email
Partekatu Twitter-en
© AEMET. Informazioa erabiltzea baimenduta eta AEMET aipatuz gero, erreproduzitzea ere.
Aplikazio ofiziala 'El tiempo de AEMET'(Android eta IOS)
Jarraitu guri Facebooken
Jarraitu guri Twitteren
AEMET blog.es
Jarraitu guri YouTuben
RSS