En el periodo enero-abril, respecto a los valores normales (respecto al periodo de referencia 1991-2020), las temperaturas fueron muy altas y las precipitaciones muy escasas, sobre todo en la mitad sur peninsular. La anomalía negativa generalizada de la precipitación fue tanto mayor de noroeste a sureste peninsular, pero en Baleares las lluvias fueron superiores a las normales. Para el conjunto del territorio, enero fue normal en cuanto a temperaturas y precipitaciones. Febrero fue térmicamente normal (con algunas zonas de frío) y muy seco. Marzo y abril fueron muy cálidos y muy secos, además hubo un importante déficit de reserva hidráulica con niveles muy bajos de agua embalsada para la época. Todo ello ocasionó graves problemas en el campo y la actividad agraria. Las fases fenológicas fueron en general adelantadas.