Fenología otoñal vegetal tardía con procesos de cambio de color y caída de las hojas progresivos y muy lentos. El paisaje y el campo agrícola estaban muy afectados por las características climáticas del cálido-seco verano y la cálida-seca primavera (ésta con algunas heladas y granizadas tardías en épocas críticas de los ciclos vegetativos). Las heladas en mesetas, valles y páramos se generalizaron durante la segunda quincena de noviembre y las lluvias y algunas nevadas se produjeron en el Noroeste y Norte peninsulares en la tercera decena de este mes. Las aves invernales llegaron en fechas relativamente normales. Muy significativo fue el bajo nivel del agua embalsada con mínimos de reserva hidráulica. El marcado paisaje fenológico otoñal comenzó en noviembre, mes en el que se aceleró el cambio de coloración de los caducifolios y la caída de hojas, mostrándose a finales de este mes un ambiente y una fisonomía ya típico invernal.