A
través de estudios de tormentas con radar se ha detectado que la
electrificación llega a ser suficientemente intensa cuando las señales
de eco
del radar sobrepasan ciertas
alturas ( que en los meses de verano suelen ser de 8 km) y crecen con el
tiempo durante un intervalo significativo.
En la figura se refleja el
campo eléctrico detectado a nivel del suelo originado por una tormenta
a unos 5 Km de distancia, así como la variación de la reflectividad
con respecto a la altura y al tiempo. La electrificación comenzó
a detectarse cuando en niveles altos existía una señal de
30 dBZ a 8 km. Las descargas producidas en la nube están marcadas
por las oscilaciones abruptas del campo eléctrico. Mientras que
la dE/dt fue positiva existieron descargas. Cuando la cantidad de agua
disminuyó, la actividad fue menor y el campo tendió a su
estado de buen tiempo.
El campo eléctrico
comenzó a variar a las 12h40' cuando el radar produjo una señal
sostenida de crecimiento sobre los 8 km de altitud. El primer rayo apareció
a las 12:44h cuando el echotop había alcanzado 10 km. de altitud.
La anterior gráfica nos pone de manifiesto la relación que
existe entre el crecimiento de la nube y su electrificación y que,
normalmente, existe una moderada cantidad de agua precipitable anterior
a los procesos que producen alteraciones en el campo eléctrico y
las primeras descargas.
Figura adaptada del libro
"The earth's Electrical Environment Studies in Geophysics. National Academy
Press, 1986, pag 98". |