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![]() A medida que la tormenta comienza a electrificarse, la acumulación de cargas negativas en su base origina que el campo eléctrico por debajo de la nube invierta su signo con respecto al de buen tiempo y aumente rápidamente en magnitud. A este fenómeno se le denomina electrificación inicial de la tormenta. Se ha llegado a medir la duración de este período estimándose entre 5 y 10 minutos o quizás menos. Esta electrificación inicial de la tormenta llega a su fín con la aparición de la primera descarga, que marca el comienzo del período activo. La fase activa de las tormentas puede extenderse desde unos pocos minutos hasta una hora, dependiendo del tamaño y vigor convectivo de las tormentas. Durante este período las descargas originan variaciones bruscas del campo eléctrico, mientras que el proceso de carga aumenta constantemente el campo. Para un observador desde tierra el campo salta desde valores positivos a negativos para volver a crecer de nuevo hacia valores positivos. Llama la atención en los registros la incursión pronunciada del campo eléctrico hacia valores negativos durante un tiempo relativamente amplio coincidiendo, pero adelantado en el tiempo, con la máxima intensidad de precipitación. Este fenómeno es una característica común en las observaciones de las tormentas y está asociado a la precipitación en sí que transporta cargas desde niveles más altos. Este derrumbe va acompañado con una cascada súbita de aire produciendo los temidos microburst/macroburst en aviación. Durante la fase de disipación la actividad eléctrica va decayendo. Disminuyen las descargas y el campo eléctrico exhibe las oscilaciones amplias típicas de este período. Son las llamadas EOSO (End Of Storm Oscilation). Hay que hacer notar que aunque los elementos convectivos suelen aparecer tanto aislados como agrupados en estructuras mayores, su naturaleza tripolar se mantiene diferenciada, en general, dentro del sistema, de tal forma que la electrificación es un proceso de tipo celular. Figura adaptada del libro "The Earth's Electrical Environment. Studies in Geophysics. National Academy Press, 1986, pag 93". |