En
una nube convectiva los mecanismos de generación y separación
de cargas tienden a aumentar la energía eléctrica del sistema.
Cuando el campo eléctrico o el potencial superan un valor crítico,
se produce el rayo o descarga eléctrica que tiende a reducir tal
energía, con una nueva redistribución de las cargas eléctricas:
en la nube, en el suelo y en la atmósfera. Durante un corto período
de tiempo la energía electrostática acumulada es liberada
en forma de energía electromagnética (relámpago visible
más ondas de radio), energía acústica (trueno) y energía
calorífica. El efecto global de las corrientes puestas en juego
es el del transporte de cargas negativas hacia el suelo y positiva a niveles
altos de la atmósfera.
La acumulación local
de cargas produce dos tipos de descargas: las NN (dentro de la nube o entre
Nube y Nube) y las NT (entre la Nube y Tierra). Normalmente existe una
proporción de 5 (o más) a 1 a favor de las NN frente a las
NT, ya que los procesos de carga son producidos dentro de la nube y la
disminución de la presión con la altura favorece la
aparición de los NN. Podemos subdividir los del tipo NT en positivos
(descargas NT(+)) o negativos (descargas NT(-)), según sea el origen
de la descarga y los centros que lo generen. Lo que sí podemos afirmar
es que la mayoría se suelen generar en la región principal
de cargas negativas y son del tipo NT(-).
En general llamaremos RAYO
a las descargas eléctricas que se producen en la atmósfera
de tipo NN ó NT. |