En la figura se muestra la primera imagen (09:00 Z), de una secuencia de tres, en la que se aprecia el efecto de la inclinación de los rayos solares sobre la superficie de la Tierra y las nubes. Mientras que la mitad este aparece perfectamente iluminada, la mitad oeste está aún a oscuras.
A pesar de que una acusada inclinación de los rayos solares parece un inconveniente en este canal, el hecho de que durante ese período se produzcan sombras puede ser una gran ventaja. Así es posible determinar la altura relativa de diferentes capas nubosas cuando las más altas "hacen sombra" sobre las que están mas bajas. Es posible también observar donde se localizan los máximos desarrollos en un area de nubosidad convectiva ya que los "overshootings", al ser las partes mas altas de la nube, son los primeros iluminados por el sol. De igual forma, las nubes de poco espesor y formadas por cristales e hielo, como es el caso de los cirros, que dan muy poca señal en este canal, a veces se pueden detectar gracias a la sombra que proyectan sobre la tierra (en concreto, cuando esta tiene un coeficiente de reflexión alto como es el caso de los desiertos).
En las horas centrales del día, cuando la inclinación de los rayos solares es practicamente nula, el contraste entre el brillo de las diferentes estructuras es un aspecto fundamental que nos ayudará a identificarlas. En la imágen se observa, por ejemplo, el fuerte contraste que existe en general entre las nubes y la tierra y el mar, y cómo el contraste entre el mar y la tierra es mayor cuando la tierra es buena reflectora (costa norte de Africa) que cuando es mala reflectora (costa occidental de la mitad sur de Africa). Estas diferencias son debidas a las diferentes características del terreno, de la vegetación, etc. Tambien es posible observar los distintos brillos dependiendo del tipo de suelo (mitad norte de Africa).
Sin embargo aunque la diferencia de brillo es muy grande entre las nubes y la tierra, si por encima de ésta hay una capa de nieve o hielo el contraste puede llegar a ser nulo. Un caso extremo serían por ejemplo las nieblas de valle y la nieve, ambas con igual reflectividad e igual forma dendrítica. Para identificarlas por separdo es necesario recurrir a una secuencia de imágenes, buscando señales de disipación o movimiento en las nieblas, frente a la nieve que permanecería completamente estática.
De igual forma para los cirros el contraste puede servirnos de gran ayuda. Estos se observan mejor cuando por debajo tienen la superficie del mar (muy mala reflectora en condiciones normales) y peor si tienen la superficie de la tierra (y dentro de esta el caso extremo serían superficies deserticas) u otro tipo de nubes.
En general el contraste entre nube y nube suele ser bastante malo y es por ello que para su identificación es necesario ayudarse con el canal IR o bien recurrir a otro tipo de características como su forma, tamaño o textura.