El centro de la baja en superficie de esta estructura baroclina, y según las ideas de Weldon and Holmes (1991), tiende, por lo general, a situarse en el sector cálido de la estructura nubosa y localizada sobre algún punto de la línea perpendicular trazada desde donde el borde de la nubosidad del lado polar cambia de concavo a convexo. Siguiendo las ideas de estos mismos autores, la baja tendería a propagarse desde el lado ecuatorial de la corriente en chorro hacia su lado polar, hasta situarse por debajo de la perturbación de altura.
Esta última barre la península de SW a NE. La circulación subtropical se ve condicionada por la evolución de la vaguada en altura, hasta el punto de constituir una banda nubosa paralela y delantera al sistema vaguada polar-frente, como se puede observar en las imágenes desde el día 5/12.
La advección cálida en capas bajas y la intrusión de aire frío de niveles superiores hacia el seno depresionario se agudizan espectacularmente, generando, a partir de la hoja baroclina inicial, una estructura en "S" con bordes muy definidos. A su vez, se observa nítidamente la estructura de un frente frío "partido", al sobrevolar perpendicularmente los vientos intensos en altura la estructura nubosa frontal, como se puede ver el 5/12, 5/15, 5/18, 5/21. La convección es generalizada en la zona entre el frente frío en superficie y el de altura, así como en la zona del sector cálido del frente en altura. La capa de cirros oculta la espesa nubosidad del frente cálido. A medida que pasa el tiempo el giro ciclónico se hace mucho más patente, a la vez que se hace también más evidente la entrada de aire seco hacia el centro de la baja. Ésta barre la Península hasta abandonarla por el SE de Francia, a finales del día 6.
De los focos convectivos asociados a la estructura frontal, uno se desarrolla de forma significativa entre el 5/15 y el 5/18 para evolucionar a un Sistema Convectivo de Mesoescala. Este sistema es conducido por la perturbación principal hacia la Península penetrando por el cabo de San Vicente, hasta afectar a las zonas extremeñas.
En resumen, se observan en las imágenes de satélite muchas de las características señaladas por Weldon and Holmes (1991) y Gurka et al. (1995), que pueden conducir a un proceso ciclogenético además de elementos dinámicos y térmicos (Hoskins et al.,1985) que definen y dan lugar a un tipo de ciclogénesis explosiva. La existencia de una masa de aire subtropical previa muy inestable antes del día 5, situada entre el sur de las Azores y la Península, con una zona baroclina y rica en perturbaciones ciclónicas secundarias, constituye un substrato potencial para generar ciclogénesis potencialmente explosiva. A esto hay que añadir la llegada de la perturbación polar, muy activa, en altura sobre la zona baroclina. Las anteriores perturbaciones interaccionan en un ambiente muy inestable que conduce a un acoplamiento e interacción entre perturbaciones mucho más eficiente que en otras condiciones atmosféricas.
La presencia del chorro subtropical parece no jugar un papel destacado en el inicio de los acontecimientos, aunque su presencia pudo favorecer, de forma adicional, el ambiente favorable a la ciclogénesis ya existente.
Loop
asociado al desarrollo explosivo (Loop3)