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Durante los días 5 y
6 de noviembre de 1997 una intensa y profunda borrasca extratropical, de
origen Atlántico, barrió de lleno la Península Ibérica
de SW a NE. El centro de la baja se desplazó desde el Golfo de Cádiz
hasta el SE francés. A su paso produjo gran cantidad de daños
materiales y, como consecuencia más lamentable, más de veinte
víctimas mortales, la mayoría de ellas en las cercanías
de Badajoz capital. Las principales causas de esas muertes fueron las inundaciones
provocadas por las intensas y persistentes precipitaciones que la perturbación
llevaba asociada. La violencia del episodio no
sólo se reflejó en las cantidades de lluvia recogidas sino
además en la intensidad del viento en superficie, que
en algunos puntos llegó a superar los 100 Km/h, como corresponde
a una depresión que en su desarrollo y madurez alcanzó la
categoría de "bomba" en la terminología anglosajona.
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Se pueden encontrar, en la bibliografía
meteorológica sobre nuestra zona, referencias constantes y abundantes
a los desarrollos ciclogenéticos localizados en el Mediterráneo,
en los que a los factores sinópticos se unen factores de mesoescala
y, sobre todo, el papel de la orografía circundante en la cuenca
mediterránea. Por el contrario, pocos estudios
aparecen en la bibliografía del INM donde se documenten en detalle
desarrollos ciclónicos de origen Atlántico, y menos aún
los de tipo explosivo en las cercanías de la Península.
A diferencia de las primeras, las perturbaciones precursoras que entran
en juego en las llamadas ciclogénesis explosivas caen dentro de
la escala sinóptica, aunque posteriormente estructuras subsinópticas
modulen los daños que causan en superficie. La importancia de los
desarrollos explosivos se ve magnificada por el fuerte y generalizado impacto
social que provocan, al ir acompañados de fuertes vientos en superficie
y de lluvias muy significativas. Por otra parte, se tiene la idea general
de que estos desarrollos explosivos, asociados a borrascas extratopicales,
tienen generalmente lugar en latitudes más altas que las nuestras,
afectándonos solo esporádicamente sobre todo en la vertiente
norte, y lejos del centro de la depresión que sufre el desarrollo.
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La
importancia de este estudio radica en analizar y documentar las razones
de la profundización espectacular de un sistema de bajas presiones
en las cercanías de la Península. A esto hay que
unir la singularidad de las masas de aire puestas en juego, en contraposición
con las ciclogénesis más comunes: una masa de aire polar
que desciende hacia latitudes más bajas, interaccionando con otra
de origen subtropical muy inestable y que en días anteriores había
afectado al SW peninsular con lluvias importantes. Aunque los estudios
convencionales de este tipo de fenómenos suelen ser de tipo sinóptico,
al estar su génesis y desarrollo fuertemente influenciados por interacciones
de perturbaciones enmarcadas en dicha escala, se hará un especial
hincapié en las estructuras mesoescalares embebidas, con especial
mención a las estructuras precipitantes que condujeron a las fuertes
inundaciones en Badajoz capital.
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El estudio se ha dividido
en varios apartados. En primer lugar se realiza
un diagnostico sinóptico a partir de las imágenes
de satélite y de campos apropiados de los modelos numéricos
operativos, con objeto de determinar las principales causas del desarrollo
explosivo. Seguidamente se realiza
un análisis mesoescalar en la zona del
SW español, poniendo especial atención en el origen
de las intensas precipitaciones y los fuertes vientos. Posteriormente
se analiza el comportamiento de los modelos numéricos operativos
en el INM en aquellas fechas (CEP e HIRLAM), estudiando las
posibles causas de las desviaciones entre las predicciones de cada modelo
y la realidad observada. En el sumario final se incluyen una serie de sugerencias
y consideraciones operativas.
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