De lo visto se
desprende que el cuadrante NE de la Península era una zona propicia
para el desarrollo de fenómenos convectivos significativos, ya que
en ella se daban una serie de ingredientes básicos, de entre los
que cabe destacar, como más importantes, los siguientes:
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Inestabilidad
potencial en niveles medios y medios-bajos.
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Forzamiento
dinámico positivo provocado por el paso de una vaguada
en altura.
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Aumento
de la inestabilidad potencial en niveles medios asociado a la
llegada de zonas secas en niveles medios sobre diferentes zonas del cuadrante
NE (asociados al paso del frente frío en altura y a la llegada del
máximo de vorticidad embebido)
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Convergencia
del flujo de humedad en niveles bajo.
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Forzamiento
de escala subsinóptica asociado
a los vortices mesoescalares
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