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La presencia de un seno
de bajas presiones mesoescalares, bien definido durante gran
parte del dia en
la zona central del Valle del Ebro, condiciona y controla el flujo
en capas bajas, que resulta ser del SE a primeros horas de la
mañana sobre las provincias de Lérida y zonas sur y occidental
de Huesca, y del NW débil en el resto del Valle.
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Esta estructura lleva además
asociada una frontera
cálida,
apreciable en los datos del radar de Zaragoza (tanto en los datos de reflectividad
como en los de viento Doppler). Por su parte, la entrada de aire más
fresco del NW por la cuenca alta del Ebro se vé reforzada con la
llegada del frente frío en superficie.
Estos dos elementos pudieron encajonar
el flujo de niveles bajos en la parte media del valle, según
una zona de deformación orientada de SSW a NNE y perpendicular al
propio río que daría lugar a vientos
de componente sur sobre el norte de la provincia de Huesca.
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Las tormentas
que se formaron se organizaron en estructuras de tipo
lineal con intensidades de precipitación
fuertes y muy fuertes. Estas dieron lugar a dos Sistemas
Convectivos de Mesoescala, uno
sobre la zona de Teruel que se movió hacia el este buscando la alimentación
en niveles bajos, y otro
que, procedente inicialmente del Sistema Central, al llegar a la provincia
de Zaragoza se organiza
también según una estructura lineal y se desplaza hacia el
NE.
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Por su parte, en el Pirineo
surgen
núcleos convectivos aislados,
uno de ellos, el situado sobre la zona de Biescas, que será estudiado
en detalle posteriormente, permanece estacionario
durante algo más de una hora hasta que interactúa con el
Sistema Convectivo y ambos yá comienzan a decaer.
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