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Parece razonable asociar el
campo de tendencia barométrica opuesta que se observa, al flujo
a escala sinóptica. Más concretamente, es razonable asociar
al flujo en niveles próximos a 850 mb. y a la advección de
masas de aire frío y cálido sobre el Cantábrico, por
parte de ese flujo, la peculiar tendencia barométrica que se observa.
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No obstante, no todo ascenso
de presión es achacable a la escala sinóptica, como, por
otra parte, ya hemos visto.
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Así, a las 12 UTC se
genera un débil gradiente de presión entre Avilés
y Santander, forzado exclusivamente por el flujo sinóptico, que
ocasiona los giros de viento en la costa asturiana, que a su vez inician
los procesos mesoescalares. El gradiente de presión se va intensificando
por la acción conjunta del flujo a escala sinóptica y a mesoescala.
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En el litoral, la irrupción
de una masa de aire fría en superficie con un espesor cada vez mayor,
ocasiona un ascenso mesoescalar de la presión que, junto a la desigual
tendencia barométrica que genera el flujo sinóptico da como
resultado un intenso gradiente de presión mesoescalar.
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Por lo tanto, es la escala sinóptica
la que inicia los procesos mesoescalares y, posteriormente, la acción
conjunta de las dos escalas produce los intensos gradientes mesoescalares
que acelera el viento. Esto, unido al fuerte contraste de temperatura,
termina por generar el microfrente de galerna, que hemos podido visulizar
en las imágenes de satélite.
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