Como
ayuda en la interpretación de las relaciones entre las configuraciones
atmosféricas de cada tipo sinóptico y su patrón de
precipitaciones asociado, se recuerdan aquí algunos modelos conceptuales
de la precipitación.
La práctica totalidad
de los fenómenos de precipitación se producen por ascensos
de masas de aire con una cierta humedad relativa. Estos ascensos enfrían
el aire, y permiten que se alcance la saturación y por tanto los
procesos de condensación y formación de gotas de agua en
el mismo. Aunque la realidad es más
compleja, puede admitirse
que la precipitación depende:
-
1. de el/los forzamiento/s
sobre la masa de aire para ascender. Cabe entender los forzamientos como
causas o factores, de distinta naturaleza, que tienden a producir movimientos
ascendentes.
-
2. de la mayor o menor oposición
hidrostática que la propia atmósfera presenta a dichos desplazamientos
verticales: es decir, de la mayor o menor estabilidad
de la misma. Esta estabilidad depende del perfil vertical de densidad del
aire, que a su vez es función de su temperatura y humedad.
-
3. del contenido
en agua de la atmósfera, tanto en términos relativos
(humedad relativa), como en valores absolutos.
La clasificación sinóptica
se ha determinado atendiendo solamente a los campos de presiones a nivel
del mar y geopotenciales en 500 hPa, que son los tradicionalmente utilizados
en este tipo de estudios, y que ofrecen mucha información sin complicar
excesivamente el proceso discriminatorio. Es evidente, sin embargo, que
al no contemplar temperaturas y humedades, estos campos no permiten conocer
con precisión ni la estabilidad ni el contenido de agua atmosféricos.
En algunos tipos se puede extraer información cualitativa de estos
factores de forma indirecta:
-
Los flujos de procedencia marítima
presentan altas humedades.
-
Las temperaturas en la troposfera
media suelen ser relativamente bajas en las inmediaciones de las vaguadas
y depresiones. Las temperaturas superficiales del interior peninsular en
los tipos con baja térmica son siempre elevadas. Se pueden suponer
en estos casos gradientes verticales atmosféricos con mínima
estabilidad.
Los campos de SLP y Z500, en
todo caso, sí ofrecen información relativa a importantes
forzamientos de movimientos verticales de masa de aire, lo que permite
explicar en buena medida, para cada tipo sinóptico, el patrón
de precipitaciones asociado. Las distinciones entre forzamientos expuestas
a continuación, tienen una finalidad didáctica, y su valor
es relativo, ya que la compleja interrelación de los componentes
del sistema atmosférico, hace muy difíciles las definiciones
categóricas. |